Enzimas en la saliva
La saliva es un líquido transparente que se produce en la boca las 24 horas del día, todos los días. Se compone principalmente de agua, con algunas otras sustancias químicas. Esta sustancia resbaladiza es producida por las glándulas salivales. Estas glándulas se encuentran en el interior de cada mejilla, en el fondo de la boca y debajo de la mandíbula, en la parte delantera de la boca. Segregan de 2 a 4 pintas (o de 1 a 2 litros) de saliva en tu boca cada día.
La saliva es estupenda por muchas razones. La saliva humedece los alimentos y los hace más fáciles de tragar. Sin la saliva, un sándwich de queso a la parrilla estaría seco y sería difícil de tragar. También ayuda a la lengua permitiéndole saborear. Una lengua seca no puede distinguir el sabor de las cosas, necesita que la saliva la mantenga húmeda.
La saliva también ayuda a iniciar el proceso de digestión. Antes de que los alimentos lleguen al estómago, la saliva empieza a descomponerlos mientras están en la boca. Lo hace con la ayuda de las enzimas, unas sustancias químicas especiales que se encuentran en la saliva. La combinación de masticar los alimentos y recubrirlos con saliva facilita el trabajo de la lengua, que puede empujar los alimentos húmedos y masticados hacia la garganta con mayor facilidad.
Cómo detener el exceso de saliva
Esto suele ser el resultado de la deshidratación, lo que significa que no tienes suficiente líquido en tu cuerpo para producir la saliva que necesitas. También es habitual que la boca se reseque si te sientes ansioso o nervioso.
Es importante mantener una buena higiene bucal si tienes la boca seca para reducir el riesgo de problemas dentales. También deberías acudir a un dentista con regularidad, para que pueda identificar y tratar cualquier problema a tiempo.
Si las medidas anteriores no ayudan, tu dentista, médico de cabecera o especialista puede sugerirte que utilices un sustituto artificial de la saliva para mantener la boca húmeda. Puede venir en forma de spray, gel o pastilla. Utilízalo con la frecuencia que necesites, incluso antes y durante las comidas.
Qué es la saliva
La saliva es un líquido transparente que se produce en la boca las 24 horas del día, todos los días. Se compone principalmente de agua, con algunas otras sustancias químicas. Esta sustancia resbaladiza es producida por las glándulas salivales. Estas glándulas se encuentran en el interior de cada mejilla, en el fondo de la boca y debajo de la mandíbula, en la parte delantera de la boca. Segregan de 2 a 4 pintas (o de 1 a 2 litros) de saliva en tu boca cada día.
La saliva es estupenda por muchas razones. La saliva humedece los alimentos y los hace más fáciles de tragar. Sin la saliva, un sándwich de queso a la parrilla estaría seco y sería difícil de tragar. También ayuda a la lengua permitiéndole saborear. Una lengua seca no puede distinguir el sabor de las cosas, necesita que la saliva la mantenga húmeda.
La saliva también ayuda a iniciar el proceso de digestión. Antes de que los alimentos lleguen al estómago, la saliva empieza a descomponerlos mientras están en la boca. Lo hace con la ayuda de las enzimas, unas sustancias químicas especiales que se encuentran en la saliva. La combinación de masticar los alimentos y recubrirlos con saliva facilita el trabajo de la lengua, que puede empujar los alimentos húmedos y masticados hacia la garganta con mayor facilidad.
¿Por qué mi boca produce tanta saliva de repente?
La saliva (comúnmente llamada escupitajo) es un líquido extracelular producido y secretado por las glándulas salivales de la boca. En los seres humanos, la saliva está compuesta por un 99% de agua, además de electrolitos, mucosidad, glóbulos blancos, células epiteliales (de las que se puede extraer el ADN), enzimas (como la lipasa y la amilasa), agentes antimicrobianos (como la IgA secretora, y lisozimas)[1].
Las enzimas que se encuentran en la saliva son esenciales para iniciar el proceso de digestión de los almidones y las grasas de la dieta. Estas enzimas también desempeñan un papel en la descomposición de las partículas de alimentos atrapadas en las hendiduras dentales, protegiendo así los dientes de la caries bacteriana[2] La saliva también desempeña una función lubricante, humedeciendo los alimentos y permitiendo el inicio de la deglución, y protegiendo la mucosa oral de la desecación[3].
Las cobras, las víboras y algunos otros miembros del clado del veneno cazan con saliva venenosa inyectada por los colmillos. Algunas orugas producen fibra de seda a partir de proteínas de seda almacenadas en glándulas salivales modificadas (que no están relacionadas con las de los vertebrados)[5].