Laser prostata

Énucléation prostate

El agrandamiento de la glándula prostática relacionado con la edad también se denomina hiperplasia prostática benigna (HPB).    La glándula prostática rodea la uretra por debajo de la vejiga urinaria, por lo que cuando la glándula se agranda, estrecha la uretra. Esto ralentiza el flujo de orina desde la vejiga.

El procedimiento dura entre 1 y 2 horas. Las ventajas de la cirugía láser respecto a la tradicional resección transuretral de la próstata (RTUP) son una menor hemorragia y una menor necesidad de analgésicos. Esto significa que los pacientes pueden volver a casa el mismo día. La intervención se realiza con anestesia espinal o general.

Es posible que la orina tenga sangre al principio y que se formen coágulos de sangre en las vías urinarias. Es aconsejable beber mucho líquido (2-3 l) durante los primeros días, y orinar con frecuencia. Durante unas semanas puede tener una sensación de ardor en la uretra y la vejiga, y necesidad de orinar con frecuencia. A veces, la orina vuelve a ser sanguinolenta al cabo de 2-4 semanas, cuando se desprenden costras de la zona operada. Esto no es peligroso si el flujo de orina es bueno.

Enucleación de próstata con láser de holmio

La cirugía láser reduce los síntomas de la HBP, como la necesidad frecuente de orinar, la necesidad de orinar a menudo por la noche, la necesidad repentina de orinar, un chorro débil, la micción lenta (prolongada) y la dificultad para empezar a orinar. También reduce el riesgo de complicaciones como las infecciones del tracto urinario y la retención urinaria.

El procedimiento se realiza a través de la uretra sin incisiones ni pérdidas de sangre. El láser se pasa a través de un visor y suministra energía mediante una fibra óptica especial que destruye el tejido sobrante de la próstata.

La duración del procedimiento depende de la técnica y el láser utilizados, pero no suele durar más de una hora. Sin embargo, existen varios tipos de láser y técnicas que actúan de forma diferente y tardan más o menos tiempo.

¿Cómo es el postratamiento? Por lo general, los pacientes pueden volver a casa al día siguiente de la intervención. Si se produce algún problema de micción, se puede insertar una sonda temporal para ayudar a eliminar la orina y drenar la vejiga.

Cuando el paciente recibe el alta hospitalaria, el médico le da una serie de instrucciones. El tiempo de recuperación depende de que se sigan estas instrucciones, pero la recuperación completa suele durar entre 2 y 4 semanas.

Procedimiento Holep

El agrandamiento benigno de la próstata (BPE) puede afectar a la forma en que se orina normalmente. Esto ocurre porque la próstata agrandada comprime la uretra en la salida de la vejiga. La vaporización láser de la próstata es un tratamiento quirúrgico para el CBP. Este tratamiento utiliza un láser para eliminar la parte agrandada de la próstata (adenoma). Esto debería aliviar sus síntomas y mejorar el flujo de orina.

Para la vaporización con láser recibirá anestesia general o espinal. Una vez anestesiado, el médico utiliza un resectoscopio láser para entrar en la vejiga a través de la uretra sin hacer una incisión en la parte inferior del abdomen (Fig. 1). El resectoscopio tiene un láser para la vaporización y una pequeña cámara. La cámara permite al médico ver una imagen de alta calidad de la próstata en un monitor de vídeo.

Durante el procedimiento, el láser calienta una pequeña parte de la próstata. Cuando el tejido prostático alcanza el punto de ebullición, comienza a vaporizarse. De este modo, se pueden tratar las partes agrandadas de la próstata (Fig. 2). Después de la operación se le colocará una sonda urinaria en la vejiga para drenar la orina. También se utiliza para lavar continuamente la vejiga y la uretra con una solución estéril para evitar la formación de coágulos. Necesitará la sonda durante algunos días hasta que la uretra esté curada y pueda orinar por sí misma.

Tratamiento de la hipertrofia de próstata

El PVP elimina el exceso de tejido prostático mediante un láser de luz verde de alta potencia patentado. La energía del láser vaporiza rápidamente y elimina con precisión el tejido prostático agrandado en un procedimiento prácticamente incruento. Esto permite tratar incluso a los pacientes que reciben tratamiento con anticoagulantes, como la aspirina o la warfarina. Además, podemos tratar glándulas prostáticas muy grandes que no son susceptibles de otros procedimientos actuales y que suelen requerir un enfoque quirúrgico abierto.

La PVP elimina el exceso de tejido, por lo que los síntomas urinarios se alivian rápidamente, acompañados de una mejora espectacular del flujo natural de orina. La mayoría de los pacientes son dados de alta en menos de 24 horas, y en muchos casos sin sonda. El tiempo de recuperación es corto y cómodo, y los efectos secundarios son mínimos.

Una vez anestesiado el paciente, el médico introduce una fina fibra en la uretra a través de un cistoscopio, un instrumento que permite al médico examinar la vejiga y la próstata. La fibra suministra energía láser verde que vaporiza rápidamente y elimina con precisión el tejido prostático agrandado. El médico puede ver y controlar con seguridad la zona de tratamiento, adaptándola a su anatomía y necesidades individuales.

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