Contractura muscular en el brazo tratamiento

Contracturas en las piernas de las personas mayores

Una contractura es la limitación del movimiento de una articulación. Es posible que sienta dolor cuando intente mover o extender completamente la articulación. Una contractura suele estar causada por cambios en la piel, los músculos, los tendones, el cartílago o los ligamentos que rodean la articulación.

El médico le preguntará por sus síntomas y por cualquier enfermedad que padezca. Le examinará la extremidad afectada y comprobará el movimiento y la amplitud de movimiento de la articulación. La amplitud de movimiento es la distancia que puede mover la articulación en diferentes direcciones. Es posible que se realicen radiografías para determinar la causa de la contractura.

Usted tiene derecho a ayudar a planificar sus cuidados. Infórmese sobre su estado de salud y sobre cómo puede tratarse. Discuta las opciones de tratamiento con sus proveedores de atención médica para decidir qué atención desea recibir. Siempre tiene derecho a rechazar el tratamiento. La información anterior es sólo una ayuda educativa. No pretende ser un consejo médico para condiciones o tratamientos individuales. Hable con su médico, enfermera o farmacéutico antes de seguir cualquier régimen médico para ver si es seguro y eficaz para usted.

Tipos de contracturas

Las contracturas son la pérdida crónica de la movilidad articular causada por cambios estructurales en los tejidos no óseos, como los músculos, los ligamentos y los tendones. Se desarrollan cuando estos tejidos normalmente elásticos son sustituidos por tejidos inelásticos. Esto provoca el acortamiento y endurecimiento de estos tejidos, causando finalmente rigidez, deformidades articulares y una pérdida total de movimiento alrededor de la articulación.

En la actualidad, la mayor parte de la información epidemiológica se centra en una sola contractura articular; por tanto, la epidemiología de las contracturas articulares en su conjunto es limitada. Además, la variación de las definiciones entre los estudios utilizados como criterios de diagnóstico da lugar a una amplia gama de cifras. No obstante, está claro que existe una alta prevalencia de contracturas articulares importantes.4

En general, se ha informado de que la prevalencia oscila entre el 15% y el 70% en los adultos mayores.5 Los pacientes con lesiones cerebrales adquiridas desarrollan contracturas entre el 16% y el 81%.6 . El 60% de los pacientes con ictus, el 36% de los de parálisis cerebral y entre el 11 y el 48% de los de lesión medular desarrollan alguna forma de contractura articular.7

Estiramiento para el tratamiento y la prevención de las contracturas

La parálisis cerebral (SERA brul PAUL zee) es una lesión o anomalía del cerebro en desarrollo que afecta al movimiento. Esto significa que algo le ocurrió al cerebro o que el cerebro no se desarrolló normalmente. La lesión o anormalidad que causó la PC no empeora con el tiempo. A medida que el niño crece, la función puede cambiar. Esto no significa que el cerebro empeore.

Una lesión o anomalía del cerebro en desarrollo es la causa de la parálisis cerebral. A veces, una infección, coágulos de sangre, prematuridad, problemas genéticos o falta de oxígeno pueden causar parálisis cerebral. A menudo se desconoce la causa. No se conoce la cura de la parálisis cerebral, pero los síntomas pueden controlarse con estiramientos en casa, fisioterapia, terapia ocupacional, logopedia, aparatos ortopédicos, medicamentos y cirugía.

Cada niño con parálisis cerebral es diferente. Dado que la parálisis cerebral representa una gama muy amplia de individuos, es difícil saber qué podrá hacer un niño con parálisis cerebral en el futuro. Cuando el niño tiene unos cinco años, el médico puede decidir mejor la función, pero esto nunca es seguro. Algunos niños con diplejía no caminan hasta los 4 ó 6 años de edad.

Medicamentos para el dolor de la contractura

La espasticidad es la tensión o contracción incontrolada de los músculos que es común en las personas con lesiones medulares. Aproximadamente entre el 65% y el 78% de la población con LME tiene algún grado de espasticidad, y es más común en las lesiones cervicales (cuello) que en las torácicas (pecho) y lumbares (espalda baja).

Los nervios de la médula espinal y el cerebro forman un complejo circuito de comunicación que controla los movimientos de nuestro cuerpo. La información sobre sensaciones o procesos como el tacto, el movimiento o el estiramiento muscular se envía por la médula espinal al cerebro. En respuesta, el cerebro interpreta la señal y envía las órdenes necesarias a la médula espinal para indicar al cuerpo cómo debe reaccionar. La reacción del cuerpo, como alejarse de un objeto caliente, es un reflejo y se produce de forma rápida y automática.

Tras una lesión medular, el flujo normal de señales se interrumpe y el mensaje no llega al cerebro. En su lugar, las señales se envían a las células motoras de la médula espinal y provocan un espasmo muscular reflejo. Esto puede dar lugar a un espasmo, una sacudida o un endurecimiento del músculo.

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