Prevengamos la violencia obstétrica
Antecedentes: La violencia obstétrica amenaza la prestación de una atención materna digna, basada en los derechos, de alta calidad y respetuosa. La escasez de pruebas sobre la VO en la región del Mediterráneo oriental plantea una laguna de conocimientos que requiere la investigación para mejorar la práctica y la política sanitaria basada en los derechos y respetuosa. Aunque desde hace tiempo se han realizado esfuerzos para mejorar la calidad de la salud materna, las experiencias de las mujeres durante el parto y su percepción de la dignidad y el respeto no se registran de forma adecuada o sistemática, especialmente en dicha región.
Métodos: Se realizó una revisión de alcance, y un total de 38 artículos cumplieron los criterios de inclusión y fueron analizados utilizando el marco de Bowser y Hill de las siete tipologías de Falta de Respeto y Abuso (D&A) en el parto. El D&A en el parto (o las violaciones al RMC) es una manifestación de la VO y sirvió como proxy para analizar su prevalencia en el RME.
Resultados y discusión: Este estudio indicó que, en todo el REM, las mujeres experimentaron todo tipo de D&A en el parto. Esto sucede independientemente de la fortaleza de los sistemas de salud o de los ingresos del país, con 6 de los 7 tipos de DyA encontrados en casi dos tercios de los países incluidos. En el REM, los tipos más comunes de DyA en el parto son el abuso físico (especialmente las intervenciones rutinarias sobreutilizadas) y la atención no digna (arraigada en las normas socioculturales patriarcales). Las intersecciones de estos abusos permiten la cosificación del cuerpo de las mujeres y el uso excesivo de intervenciones rutinarias no consentidas en un sistema jerárquico y patriarcal que considera el poder y la autonomía de los médicos por encima de las mujeres que dan a luz. Si no se controla, las implicaciones incluyen la aceptación, la continuación y la falta de denuncia de la D&A en el parto, así como la pasividad ante las violaciones de los derechos humanos, lo que provoca la continuación del ciclo de la VO.
Utilizo mi poesía para enfrentarme a la violencia contra las mujeres
El maltrato durante el parto (o violencia obstétrica) es la violación de las mujeres embarazadas durante el parto en forma de negligencia, abuso físico y/o falta de respeto. Este trato se considera una forma de violencia contra la mujer y una violación de sus derechos. Es un problema recurrente en los centros de todo el mundo, según estudios de la Organización Mundial de la Salud, y puede tener graves consecuencias para la madre y el niño. En concreto, los malos tratos durante el parto pueden impedir que las mujeres busquen atención prenatal y utilicen otros servicios sanitarios en el futuro[1].
Otros ejemplos de maltrato durante el parto son la atención no consentida, la atención no confidencial, la atención no digna, la discriminación, el abandono de la atención y la detención en centros[2] Las adolescentes, las mujeres solteras, las mujeres de bajo nivel socioeconómico, las mujeres migrantes, las mujeres infectadas por el VIH y las mujeres de minorías étnicas corren un mayor riesgo de sufrir maltrato durante el parto[1].
La Organización Mundial de la Salud señala que el maltrato durante el parto aún no se ha definido ni medido de forma concluyente y científica. Sin embargo, el maltrato durante el parto se define generalmente como el trato negligente, físicamente abusivo y/o irrespetuoso de los profesionales sanitarios hacia las pacientes en el parto. Este maltrato se considera una violación de los derechos humanos de la mujer[1].
Rosrev – revolución de las rosas – ¡para la violencia obstétrica!
Natalie Benanti* estaba embarazada de 39 semanas y cinco días de su primer hijo cuando acudió a su última cita obstétrica programada. Su obstetra habitual estaba libre ese día, así que la atendió otro obstetra de la clínica. Pero el examen pélvico fue sorprendentemente doloroso, y cuando le preguntó a la doctora qué pasaba, le dijo que había hecho un estiramiento y un barrido.
“Nunca habíamos hablado de ello, ni antes ni ese día”, dice Benanti. “Me sorprendió y me molestó”. Pero también era el primer embarazo de Benanti, así que no sabía que los estiramientos y barridos suelen ser opcionales.
En este procedimiento, el médico o la comadrona introduce un dedo a través del canal cervical y utiliza un movimiento de barrido para separar el saco amniótico, o la membrana fetal, del cuello uterino. También llamado barrido de la membrana, libera sustancias químicas que ayudan a ablandar y abrir el cuello uterino para el parto, favoreciendo el trabajo de parto. Algunas personas pueden desear este procedimiento si desean evitar una inducción médica o si ya se ha superado la fecha de parto.
Benanti había planeado volver a casa para descansar y esperar a que su cuerpo se pusiera de parto de forma natural. No se sentía incómoda con el embarazo y no estaba preocupada por la fecha de parto ni se planteaba una inducción.
Capítulo 40. Violencia obstétrica, con el Sr. Menno.
5. No lo olvides: la honestidad es la mejor política. Cuando te reúnas con las pacientes antes del parto, no finjas que respetas sus decisiones como seres humanos con derechos si no es así. Diles directamente que planeas ponerles un cebo y cambiarlas. Si no les comunicas tus intenciones, puede que lo tomen como una señal de que no piensas coaccionarlas cuando sea demasiado tarde para cambiar de atención, o que no piensas agredirlas cuando estén vulnerables en el parto.
>> La cultura de la violencia obstétrica dirige a las mujeres y a las personas que dan a luz a ser responsables de prevenir sus propias agresiones, ajustando sus propias expectativas y comportamientos, para abogar por sí mismas incluso cuando son vulnerables en el parto. Enmarca el abuso como inevitable; a los proveedores como impotentes para no abusar; y al sistema de atención a la maternidad como no responsable de proteger a las pacientes. La cultura de la violencia obstétrica degrada a las pacientes y a los proveedores, y las pacientes y los proveedores deben denunciar la cultura de la violencia obstétrica.
Al igual que otras víctimas de abusos, las víctimas de la violencia obstétrica pueden recibir consejos sobre cómo podrían haber prevenido o respondido a sus propios abusos. A menudo, estos consejos se dan después de los hechos y se dan de una manera que no tiene en cuenta el trauma que han sufrido. La verdad es que nadie puede decir realmente cómo respondería cuando su respuesta al trauma entra en acción, especialmente en la posición ultra-vulnerable de estar de parto.