Alzheimer porphyromonas gingivalis

Porphyromonas gingivalis alzheimer

Chakrabarti S, Khemka VK, Banerjee A, Chatterjee G, Ganguly A, Biswas A. Factores de riesgo metabólico de la enfermedad de Alzheimer esporádica: implicaciones en la patología, la patogénesis y el tratamiento. Aging Dis 2015; 6(4): 282-99.[http://dx.doi.org/10.14336/AD.2014.002] [PMID: 26236550]

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Noticias de Cortexyme

Es posible que por fin se haya descubierto la causa de la enfermedad de Alzheimer, tan esquiva desde hace tiempo: Porphyromonas gingivalis, la bacteria clave en la enfermedad crónica de las encías. Si sangra cuando se cepilla los dientes, es posible que quiera hacerse un chequeo.

La enfermedad de las encías afecta aproximadamente a un tercio de la población. Pero la buena noticia es que un fármaco que bloquea las principales toxinas de la P. gingivalis está entrando en importantes ensayos clínicos este año, y la investigación muestra que podría detener e incluso revertir el Alzheimer.

Esta enfermedad suele conllevar la acumulación en el cerebro de unas proteínas llamadas amiloide y tau. La principal hipótesis ha sido que la enfermedad surge del control defectuoso de estas dos proteínas, especialmente la amiloide, que se acumula formando grandes placas pegajosas en el cerebro.

En los últimos años, muchas investigaciones han revelado que las personas pueden tener placas amiloides sin padecer demencia. Han fracasado tantos esfuerzos por tratar el Alzheimer moderando estas proteínas que la hipótesis se ha cuestionado seriamente.

Sin embargo, cada vez hay más pruebas de que la función de las proteínas amiloides puede ser la de defensa contra las bacterias. Esto ha dado lugar a una serie de estudios recientes que analizan las bacterias en el Alzheimer, en particular las que causan la enfermedad de las encías, que se sabe que es un importante factor de riesgo para la enfermedad.

La causa principal del Alzheimer

La periodontitis «crónica» y su patógeno clave, Porphyromonas gingivalis, se han asociado repetidamente con la enfermedad de Alzheimer (EA). Las características patológicas de la EA son las acumulaciones cerebrales de beta-amiloide y los ovillos neurofibrilares formados por tau agregada e hiperfosforilada. Además, la neuroinflamación inducida por P. gingivalis ha sido reconocida cada vez más como un factor en la patogénesis de la EA. La presente mini-revisión analiza los posibles mecanismos de inducción de la neuroinflamación por parte de P. gingivalis en la EA, en los que intervienen factores como los mediadores proinflamatorios, la beta amiloide, la tau, la microglía, la catepsina B y la proteína quinasa R. También se analizan los inflamantes de P. gingivalis, como el lipopolisacárido y las gingipainas.

La periodontitis «crónica» es una enfermedad que afecta a los tejidos de soporte de los dientes. Si no se trata, puede acabar con la pérdida de los dientes. Es una enfermedad ampliamente prevalente en adultos de todo el mundo (Eke et al., 2016) y en varios informes se ha asociado con la enfermedad de Alzheimer (EA) (para una revisión, véase Olsen, 2021). Porphyromonas gingivalis, que se considera una bacteria clave en la periodontitis «crónica» (Socransky et al., 1998; Darveau et al., 2012; Hajishengallis et al., 2012), se ha detectado en el cerebro de sujetos con EA junto con sus proteasas tóxicas-gingipainas (Dominy et al., 2019). Asimismo, se encontró ADN de P. gingivalis en cerebros y líquido cefalorraquídeo de pacientes clínicos de EA. En otros estudios, se detectó el lipopolisacárido (LPS) de P. gingivalis en cerebros humanos de EA y en los cerebros de ratones transgénicos que sirven como modelos de EA (Poole et al., 2013; Ishida et al., 2017).

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Porphyromonas gingivalis, el patógeno clave en la periodontitis crónica, fue identificado en el cerebro de pacientes con la enfermedad de Alzheimer. También se identificaron proteasas tóxicas de la bacteria, denominadas gingipainas, en el cerebro de pacientes con Alzheimer, y sus niveles se correlacionaron con la patología de tau y ubiquitina. La infección oral de P. gingivalis en ratones provocó la colonización del cerebro y el aumento de la producción de Aβ1-42, un componente de las placas amiloides. Además, las gingipainas fueron neurotóxicas in vivo e in vitro, ejerciendo efectos perjudiciales sobre tau, una proteína necesaria para la función neuronal normal. Para bloquear esta neurotoxicidad, diseñamos y sintetizamos inhibidores de moléculas pequeñas dirigidos a las gingipainas. La inhibición de las gingipainas redujo la carga bacteriana de una infección cerebral establecida por P. gingivalis, bloqueó la producción de Aβ1-42, redujo la neuroinflamación y rescató las neuronas del hipocampo. Estos datos sugieren que los inhibidores de la gingipaína podrían ser valiosos para tratar la colonización cerebral de P. gingivalis y la neurodegeneración en la enfermedad de Alzheimer.

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